Javier Elzo ha afirmado hoy en Valencia que en España “hemos pasado del nacionalcatolicismo” a lo que él define como “un nacionalateísmo o nacionalindiferentismo en muchos casos”. “La Iglesia se ha encerrado en sí misma y no ha querido participar de muchos debates. Incluso existe cierta vergüenza en reconocer que uno es cristiano”, cree. No obstante, piensa que se superará esa vergüenza porque “sociológicamente tenemos un producto muy bueno”.
El sociólogo considera que se tardará “al menos una generación en remontar eso” y ha recomendado “paciencia histórica” ante esta situación, haciendo una clara alusión a lo que llama “dimensión sacral de la Iglesia”. Al mismo tiempo, recomienda “contextualizar el por qué se ha llegado a esta situación, analizarla, ver lo que se ha hecho” y a partir de ahí trabajar y formar a las nuevas generaciones.
El profesor Javier Elzo Imaz ha visitado nuestra ciudad como ponente de la segunda sesión del Curso de Formación Permanente 2017 que organiza la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia y a la que ha asistido, entre otros, el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Javier Salinas. El sociólogo abordaba el tema de Una mirada a la sociedad en sus últimas transformaciones.
Elzo, Doctor en Sociología por la Universidad de Deusto donde actualmente ejerce como Catedrático Emérito en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, repitió una idea que ya ha comentado en otros foros: “La Iglesia volverá a vivir una Edad de Oro porque desde los tiempos de Constantino nunca ha estado tan libre del poder como en la actualidad. Y al mismo tiempo, nunca el mundo ha sido tan católico como ahora ya que la Iglesia nunca ha estado tan extendida por el planeta”.
La charla ha deambulado entorno a cinco ejes fundamentales. En primer lugar “hay que tener en cuenta que vivimos en una era de globalización y mundialización”. Desde su punto de vista, una de sus características es la “ausencia de proyectos colectivos precisamente como consecuencia de la propia globalización”.
En segundo lugar ha querido incidir en el hecho de que vivimos en un mundo “pluralista”. A partir del pensador Peter Berger plantea que hay que saber diferenciar entre “la secularización y la pluralidad”. Distingue dos tipos de pluralismos: uno el “pluralismo interreligioso y otro es el pluralismo entre lo religioso y lo secular”. Para Berger, como para Elzo, “la mayor parte de las personas vivimos en ese pluralismo entre lo religioso y lo secular” y por tanto “la evangelización debe aprender a gestionar ese doble pluralismo”.
La cuestión de la secularización ha sido el tercer tema. Elzo cita a Charles Taylor para plantear “los impensados en la secularización” que se entenderían como elementos que “hacen muy difícil la transmisión y la aceptación de la dimensión religiosa, entendida como algo dado desde fuera, en una sociedad que se presenta autónoma”. La Iglesia ha de afrontar el reto que supone que la salvación pueda venir «desde fuera» del propio individuo. Yn en este apartado plantea que «la importancia sociológica de Dios es que es totalmente hombre y totalmente Dios. Esa doble dimensión es una de las mayores riquezas de la Iglesia». Para Elzo, el papel de la Iglesia ha de ser el de «un motor de la sociedad para convertirla en más justa». Además debe mostrar la debilidad de Jesús para, a través de ella, llegar a la trascendencia”. El ADN del cristianismo se basa en dos cosas: “la trascendencia y la caridad”.
En cuarto lugar, Javier Elzo ha insistido en el hecho de que “estamos en la era de internet, la era de twitter”. Se trata de una “era central” en la que los presidentes de los países “dan sus puntos de vista a través de un tweet que no puede tener más de 140 caracteres”. La Iglesia tiene que replantearse “cómo contar con cierta profundidad la dimensión religiosa en 140 caracteres”. Aquí se plantea la importancia y la dificultad de la transmisión de la dimensión religiosa a través de los medios de comunicación. En esta era de internet una corriente muy extendida en la actualidad es que “la educación tiene que ser neutra”, una educación que sólo muestre las realidad, “como hace internet”. Para Elzo esto sólo lleva a un absurdo: bajo esta premisa “no se puede educar”. Y se hace una pregunta: “¿cómo es posible que un niño llegue a la edad adulta sin que nadie le diga nada sobre la dimensión religiosa?”
La quinta idea en la que ha profundizado el profesor Elzo ha sido sobre “la dimensión del tiempo en la Iglesia y en la sociedad”. En este sentido, ante una sociedad que está “constantemente acelerada” hay que distinguir varias categorías del tiempo:
1. El tiempo de la vida cotidiana. Es la organización diaria o semanal que hacemos con nuestro tiempo: cuanto tiempo trabajamos, cuanto tiempo leemos, oramos o vemos la televisión.
2. El tiempo biográfico de la persona. Es el tiempo en el que cada persona decide lo que quiere hacer con su vida, la profesión que va a tener, si uno se va a casar o no, si se va a cambiar de casa o de trabajo…
3. El tiempo histórico en el que vive la persona. En este tiempo histórico “se dan una serie de valores y concepciones vitales que conforman los modos de pensar de las personas que viven en ese tiempo concreto y en esa sociedad concreta”. Aquí es muy importante que la Iglesia haga una contextualización correcta para evangelizar de la mejor manera en ese tiempo concreto y en esa sociedad en cuestión.
4. El tiempo sacral o “ahistórico”. Es el tiempo anterior al momento presente y que se proyecta en un futuro que no sabemos cuándo se va a acabar. La “dimensión sacral de la Iglesia nos tiene que hacer pensar en los 20 siglos de historia que lleva y en el futuro que le queda por delante”. La Iglesia ha de ser “capaz de ofrecer una respuesta conjunta para ofrecer una finalidad a la existencia del ser humano, su razón de ser”.
Pensar la Evangelización es el título del Curso de Formación de este año, en el que el objetivo es concretar en acciones la mejor manera de evangelizar en la sociedad actual. El próximo miércoles visitará nuestra Facultad el profesor Rocco D´Ambrosio, de la Universidad Gregoriana de Roma. Su ponencia tiene el título de La evangelización desde la institución eclesial. La lógica de las instituciones puesta al servicio de la evangelización, ventajas y riesgos.
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