Andrés Valencia, profesor de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de la Universidad Católica de Valencia (UCV), ha participado en la ‘VI Conferencia Mundial de Fe y Constitución’ que el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) ha organizado en el Centro Papal Logos de la Iglesia Ortodoxa Copta en Wadi El Natrun (Egipto). El encuentro ha reunido a unos 400 participantes en torno al tema ¿Qué camino seguir ahora hacia la unidad visible?
El profesor Valencia destaca que ha sido un encuentro «con expectativas esperanzadoras, a la luz y con el sentido celebrativo del aniversario del concilio de Nicea». Señala que la conferencia se desarrolló «en un clima de búsqueda de la unidad visible». «Su mensaje final nos da pistas de este sentido y objetivo único de caminar hacia la expresión visible desde una eclesiología unida y reconocida, desafíos que nos animan a seguir caminando», añade Valencia Pérez.
«Fueron días intensos de mucha reflexión ecuménica y eclesiológica que a veces nos costaba reconducir», apunta el director del Observatorio de las Religiones de la UCV. «La vida de la Iglesia y la llamada a la justicia, sin olvidarnos de los pueblos que sufren la guerra, el hambre y la injusticia, nos hacía distraernos de la reflexión teológica, sin olvidar que la teología se hace desde la vida», explica.
Pero este no fue todo el objetivo de la conferencia: la finalidad fue «poder centrarnos en la unidad creíble y visible». Por ello, presentamos algunas pistas del mensaje final que ha sido consensuado por los delegados de las iglesias presentes en Wadi El Natrun, sede papal de la Iglesia Copta de Egipto.
‘Profundizando la unidad, caminando en el amor, restaurando la esperanza’: es la afirmación ecuménica que nos queda después de esta conferencia. Tras Santiago de Compostela, en 1993, «han pasado más de 30 años en los que la reflexión ecuménica por la unidad visible desde una perspectiva eclesiológica ha estado silenciada. Pero así y todo ha sido un momento de gracia donde el camino ecuménico sigue su curso y el deseo de la unidad celebrada en la eucaristía es el desafío eclesiológico», apunta el profesor Valencia.
- El profesor Valencia acompañado de dos monjes coptos
- Valencia junto al Cardenal Koch
Comunicado final tras la ‘VI Conferencia Mundial de Fe y Constitución’
«En un mundo marcado por la división y la polarización, por la violencia y la guerra, y por la apatía y la complicidad ante las injusticias resultantes, la llamada de Cristo a la unidad (Juan 17, 21) sigue siendo tan urgente como siempre. Esta llamada nos desafía a buscar esa unidad en la fe y en la misión, y a comenzar a vivirla». Así se expresa la afirmación ecuménica ‘Profundizando la unidad, caminando en el amor, restaurando la esperanza’, el mensaje oficial conjunto de la reunión de Egipto. «Al reunirnos, continuamos la tradición viva del movimiento ecuménico. Afirmamos que la unidad visible de la Iglesia no es solo una aspiración teológica, sino también un imperativo evangélico, para nuestro tiempo y para siempre».
De cara al futuro, la conclusión se compromete a «dignificar la humanidad en todas sus expresiones, reconociendo que todos somos hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza». También se insiste en la importancia de «una mayor comunión y a recorrer juntos nuestra peregrinación de fe, por larga o compleja que sea». En este sentido, se afirma «una visión ecuménica renovada, valiente y compasiva, que responde a la llamada de Cristo y a las necesidades del mundo». «Afirmamos nuestra responsabilidad mutua en nuestra búsqueda de una fe común, una misión compartida y una unidad vivida», destaca.
- Un momento de las sesiones plenarias
- Cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos
Lamenta también el comunicado conjunto «nuestra persistente desunión», a la vez que reconoce que «los procesos de exploración teológica en los que hemos participado y nuestras respuestas compartidas a las necesidades del mundo, por sí mismos, acercan a las iglesias a la realización de dicha unidad. A medida que las iglesias dialogan sobre la fe y colaboran en la misión, la relación entre ellas se profundiza y su unidad comienza a manifestarse».
Frente a los desafíos actuales del mundo «juntos, los cristianos y las iglesias pueden ofrecer un testimonio importante que trasciende sus diferencias y su separación». «Para participar en la misión de Dios y caminar juntos, acompañándonos mutuamente, los cristianos y las iglesias deben estar fundamentados en la convicción de su identidad común», apunta la afirmación ecuménica.
Además, «el testimonio cristiano nos llama a superar fronteras: entre naciones y generaciones, entre pueblos y culturas. Buscamos una unidad arraigada en la justicia, que incluya y escuche las voces de todos, incluyendo a los niños, las mujeres y los hombres, a quienes sufren marginación y se ven relegados a la periferia de nuestras sociedades, y a toda la creación».
¿Hacia dónde se dirige ahora la Unidad Visible? Concluye el comunicado oficial que la llamada consiste en «renovar nuestro compromiso con la fe, la misión y la unidad en Cristo Jesús; escuchar juntos al Espíritu Santo; caminar juntos como peregrinos: como hijos del Padre aprendiendo juntos a vivir nuestra fe, esperanza y amor, y en la práctica de la justicia, la reconciliación y la unidad. Aspiremos a vivir la unidad por la que Cristo oró, para que el mundo crea y experimente los dones de Dios: sanación, justicia y vida abundante».





