Luis Miguel Castillo, profesor de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de la Universidad Católica de Valencia, ofrecerá este viernes, 5 de diciembre, la conferencia El hombre como corazón, como parte del plan formativo en torno a la Encíclica ‘Dilexit nos’ y la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús.
La cita será a las 19:00 horas en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, de la que Castillo Gualda es rect0r.
La encíclica del papa Francisco nos insta a volver al corazón y en esta meditación se quiere considerar la importancia del cultivo de la vida interior como elemento primordial en la devoción y culto al Corazón del Redentor. Si deseamos establecer una relación sólida y cordial con Cristo tenemos que vivir a nivel de “corazón profundo” evitando la gran tentación de nuestros tiempos, que es vivir superficialmente y dispersos en una actividad frenética, sometidos a un estrés de información, que no somos capaces de asimilar.
El profesor Castillo abordará la conquista de nuestro propio corazón venciendo las inercias que nos atrapan en el complejo entramado de las pasiones que deforman nuestra humanidad y enturbian la imagen de Dios. Solo así podremos dar nuestro corazón al Señor, como Él nos pide según reza el libro de los Proverbios cuando dice Dame, hijo mío, tu corazón (Prov 23, 26). Consideramos fundamental, para que nuestra devoción al Sagrado Corazón sea verdadera, regresar a nuestro interior, a nuestro corazón pues, como indica el título de la meditación, solo el corazón habla al corazón y solo así se puede establecer una relación de amistad con el Señor, de corazón a Corazón.
Ya el gran doctor de la Gracia, San Agustín, afirmaba «vuelve a tu corazón y desde él asciende hasta Dios. Si vuelves a tu corazón vuelves a Dios desde un lugar cercano a ti» (sermón 311). Bien podemos afirmar que la devoción al Sagrado Corazón refleja la más alta dignidad del hombre, pues consiste en un camino de espiritualidad basado en la comunión de dos corazones, una relación de corazón a corazón, entendiendo corazón por la esencia de la condición de persona, tanto en el hombre, como en el Hijo de Dios, que gracias a la condescendencia divina nos ofrece en Jesús un Corazón capaz de amar y sufrir como todo hombre, un Corazón que, habiendo sido herido por el pecado de la humanidad, se ha convertido en fuente desde la que fluye la divina misericordia.
Obviamente, para vivir desde el corazón, como la devoción al Corazón de Jesús reclama, hay que ordenar el amor en nuestros corazones regenerándolos a través de la vida sacramental, con la Penitencia y la Eucaristía, y habituándonos a la intimidad con el Señor por medio de la oración del corazón, de todo lo cual trataremos en esta meditación del primer viernes de diciembre, en el contexto del gran Jubileo cuyo lema es Somos peregrinos de Esperanza, y mientras celebramos el Adviento, tiempo de espera.
CONSULTA AQUÍ EL CICLO DE CONFERENCIAS SOBRE LA ENCÍCLICA ‘DILEXIT NOS’.
